Twitter

Twitter

Facebook

miércoles, 25 de mayo de 2011

EL SNORKEL

Estabas en la punta de ese risco, mirabas hacia abajo y con tu traje especial que te proteje de adentro hacia fuera y de afuera hacia adentro, al final saltaste.
El agua de ese mundo nuevo que pretendías hacer tuyo por un momento estaba fría, pero con el tiempo, te fuiste acostumbrando a ella, y es raro porque no podía tocarte, solamente sentiste su temperatura pero no eras parte de ella, que manipuladora, te rodeaba con supuestos movimientos que pretendían envolverte y por un momento lo logró, pero no llega a tus poros, no se mezcla con vos, no es lo que pensaste.
Sabés que la apnea durará poco, el snorkel te permitiría respirar un rato más y sabés que tu permanencia allí tiene un pronto fín, porque aunque lo que estás viendo te agrada mucho, necesitas calor, porque afuera te espera lo que realmente te hace falta.
De repente empezaste a sentir que no pertenecías ahí, te faltaba el aire, los sonidos a tu alrededor eran extraños, rebotaban en vos y se alejaban, y mirando hacia arriba como buscando tu cielo, comenzaste a abandonar ese mundo tan particular pensando qué te llevó a bajar tan profundo, que buscabas al hacerlo, sabés que de vez en cuando vas a volver porque a veces te sentís fuera de todo y necesitas escapar, pero tenés claro que lo que hay ahí es como  un oásis que hoy está y de pronto desaparece.
Una vez afuera, descolocado, admiraste ese mundo al que no perteneces, " es hermoso y atrapante, pero no es para mi..." pensaste, y te fuiste, dejando el snorkel entre las piedras…por las dudas...porque el frío de ese agua a veces quema y se siente bien y porque sentís a veces que sos de las personas que podrían tropezar dos veces con ellas solo para sumergirte otra vez.