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sábado, 12 de marzo de 2011

EL BOSQUE

Y que pasó cuando abriste esa puerta...Sabías que te esperaba el bosque inmenso y encantador, y tus pupilas se hicieron pequeñas con el resplador que te invitaba a dar un paso mas.
Ibas pobre con tu bolsita rotosa llena de recuerdos que olvidar, y en el bolsillo trasero escondías las llaves de un corazón que dejó de latir cuando decidiste partir.
Los altos árboles fueron tus cómplices en el entierro de tus peores momentos y solemnes custodios de los tesoros que esperabas volver a buscar y que dejaste a su lado.
También formaban tomados de las manos el techo de tu desesperación y te dejaron correr por el pasillo de tierra y flores con los zapatos gastados que pesaban demasiado,quizás todavía tenían pedazos de tantos sueños aplastados cada mañana al despertar, entonces la brisa amiga te empujó hacia adelante y desenredó tus ideas de rebelión y amor.
Y ahora sabías que tenías que hacer y decir...
Y qué pasó cuando saliste de ahí...cuéntame después.
4/12/2009

domingo, 6 de marzo de 2011

PAJARITO EN LA TORMENTA

Se subió al tren lleno de gente que cada mañana lo acobijaba de su invierno eterno,
como pajarito en la tormenta se sentía solito ahí sentado entre todos ellos,
y mientras preparaba sus instrumentos sabía que en cada suspiro se le iba un sueño,
se iba volando sobre una plumita en el viento para siempre.
Pero hoy estaba esa mujer que al escuchar su cantar lo miró con ternura y le sonrió levemente
y entonces él supo que su sueño se había ido volando hacia ella.
Ambos estaban perdidos en el tumulto de almas de esta gran ciudad.
Deseaban correr sobre los rieles y saber donde llegarían si fuesen completamente libres,
necesitaban la luz de una sonrisa sincera, y el sonido de la voz que calma tormentas.
Y cuando su canción terminó y ella se fue y se perdió entre la gente
fue allí que él se dió cuenta que no solo había recibido algunas monedas y un billete
también, por un momento, como un tesoro escondido,
le habían regalado los latidos un corazón sonando fuerte.

miércoles, 2 de marzo de 2011

AUN NO ERA LA HORA

Quizás sentía que aún no era la hora del amor, ni de la gloria, ni de los finales felices.
Aún no era el tiempo de los besos dibujados en un vidrio empañado,
Tampoco de los despertares sonrientes.
Por mucho tiempo caminó largas horas con su pañuelito en la mano, creía que si lo tiraba al suelo un príncipe vendría a levantarlo...
Y se quedaba paradita en el borde de los charcos. Eso ya es pasado.
Por momentos se podía olvidar de muchas cosas, de como se veía el sol, la luna y las estrellas, pero nunca de su como latió alguna vez su corazón.
Se podía olvidar de sus rostros, sus promesas, pero no del sonido de sus pasos al partir.
Se podía olvidar de su viejo dolor, pero no de esa canción.
También sabía que aún no era la hora de perder la cabeza nuevamente por amor, de encerrar a la razón.
Pero tampoco era la hora de dejar ir a ese sentimiento que aprieta el pecho en los comienzos de lo bello y dar oportunidades al destino inquieto. Aún no.