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martes, 29 de mayo de 2012

ÉL BRILLA

Puede ser una frase redundante y aburrida de una canción vieja pero es cierta, aunque no lo veamos el sol siempre está. Está ahí donde dos personas se encuentran en una esquina  o se despiden con un abrazo y se asoma en un “gracias” añadido a una sonrisa.
Brilla cuando el teléfono suena y su voz dice tu nombre con alegría, y calienta cuando eso que deseas está cerca. Es vida, cuando brilla todo se renueva y si estás bajo su manto de luz tu mente vuela, le podes decir “Chau” a los malos pensamientos y viejos recuerdos, podes quemarlos y que sus cenizas vuelen al cielo.
Si lo miras fijo te encandila y no te deja ver a tu alrededor pero lo hace para que te veas un rato por dentro, el sol es un ente inteligente, todo sucede bajo el sol, la vida, la muerte, cada acto bueno o malo queda expuesto si el está presente.
Todos lo tenemos en común, cuando estés triste y mires hacia arriba buscando una solución, ese rayo de sol te conectará con algo o alguien que te ayude a avanzar, porque también se dice que cada uno tiene su propio sol en algún lugar ya que “nadie es luz de si mismo, ni el sol” y me pregunto entonces quien brilla por él, seguramente en algún lugar del universo una estrella amiga se encienda para ayudarlo a que siga brillando por nosotros, aunque a veces le parezcamos que no valemos la pena con nuestros actos espantosos como humanidad, no nos abandonará de eso estoy segura, una tarde en la que brillaba para mi, me lo prometió.

lunes, 7 de mayo de 2012

TODOS TENEMOS UNA CANCION

Mi abuelo paterno cantaba tangos en las cantinas de La Boca, él iba de punta en blanco, mucha pinta, pañuelito y sombrero. A pura curda entonaba los tangos y luego en las fiestas se chupaba un tinto y cantaba y yo chiquita bailaba a su alrededor como si la que hubiere tomado fuese yo…que risa me da pensarlo ya que no lo recuerdo…que pena me da no acordarme de su voz, un día se fue, así como un personaje de cuentos y solo me queda una foto. Heriberto Herminio Monteiro era su nombre, mi abuelo cantor.
El amor al tango y un "Naranjo en Flor" me regalaste desde el cielo en un sueño, y yo, como me sale lo canto siempre con vos.
Cuando fui un poco mas grandecita me encontré con la grata sorpresa de que mi viejo era un eximio guitarrista que tocaba de oído, y en cada asado en Junín o donde se diera, el viejo encontraba una guitarra para alzar la voz tranquila un poco ronca y cantarme con dulzura esa Zamba de mi Esperanza., y yo con mis ojitos seguía los dedos en los acordes como si los fuese a aprender así de fácil.
Cuando tuve 10 años tomé la comunión y en la época de hiperinflación un tío gentil me regaló 10 dólares, y así me compré mi primera y única guitarra hermosa. Hoy sigo tocando esas notas que aprendí de oído, pero nunca pude cantar en un escenario, el pánico escénico no me lo permite, solamente pude superarlo con la insolencia de mis 10 años cuando en quinto grado desparramé una milonguita en el escenario escolar repiqueteando mi taquito en la vereda como decía la canción. “Tardecita Criolla” es su nombre.
Mas tarde fue el pop, las medias "can can" rotas, Madonna y Michael, luego llegó el amor de la mano del rock, los Redondos, los Stones…aunque el fleco lo uso recién hoy y siempre canté y canté, cuando estaba llena de amor, cuando me faltaba, cuando te ibas y llegabas y te ibas para siempre una y otra vez canté, cuando la muerte llegó también, te despedí cantando tu canción favorita.
No hace mucho llegó una manada que me hizo descubrir una pasión, y cuando ellos cantaban sobre el escenario yo brillaba detrás  de él , cantaba alguna armonía y los escuchaba a cada uno por separado cada instrumento, cada nota, cada canción,  era una gran ola que venía a empaparnos a todos de buena energía porque la música es amor.
Siempre pequeña, siempre a oscuras, siempre sin público, sigo cantando con mi abuelo y tocando la guitarra con el viejo,  y aunque yo no se si tengo una canción, sigo dedicándote un tema a vos que me amaste y te fuiste o a vos que ahora estás en un lugar mejor, porque todos tenemos una canción que nos recuerda cada momento de nuestras vidas y nos los hace transitar de modo mas llevadero. Cuando parece que todo está perdido y  no conozco a nadie que aunque mas no sea en su mente, vuele a otra parte cantando.