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domingo, 19 de junio de 2011

A PAPÁ

Ese hombre que veo caminando entierra cada dolor en su paso cansado.
Tiene la piel gastada por el paso de los años y el pelo lleno de canas, prácticamente blanco.
Y con su brazo fuerte lleva a la niña de la mano, y con su mente agotada adivina un futuro lejano.
La vida le ha dado todo y también se lo ha quitado, algunos afectos se han ido y otros siguen estando.
Cree que su tiempo se está terminando, no sabe que es muy fuerte a veces se siente acabado, sólo el amor lo impulsa a seguir luchando.
Y entonces le pido a Dios cada vez que lo veo, que vele por él como yo lo hago,
y que me permita que en el futuro yo pueda devolverle todo lo que él me ha dado,
excepto su amor que lo llevo bien guardado, como el guarda el mío…
Papá te amo.

domingo, 5 de junio de 2011

UNA

Millones de personas ahí afuera y todo se resume en una sola, esa persona que te mostró que la locura es algo por lo que vale la pena pasar, que te acarició y te dio paz, esa persona que te dejó ir para saber si volverías y lo hiciste, esa que aun no conocés.
Cada uno va transitando distintos momentos de su vida y del camino de su verdad feliz o infeliz de la mano de alguien, nunca vamos absolutamente solos aunque así lo hayamos planeado, en la mente o el corazón, está allí esa persona en el mundo que se mueve con nosotros, a nuestro ritmo, que participa en nuestras decisiones y que en algún momento fue o será el destinatario de nuestros actos directa o indirectamente.
Esa persona que provoca la revolución del corazón en cada exhalo de su vida nos nombra, como señal para ser encontrada, y quizás sin saberlo allá vamos.