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domingo, 19 de junio de 2011

A PAPÁ

Ese hombre que veo caminando entierra cada dolor en su paso cansado.
Tiene la piel gastada por el paso de los años y el pelo lleno de canas, prácticamente blanco.
Y con su brazo fuerte lleva a la niña de la mano, y con su mente agotada adivina un futuro lejano.
La vida le ha dado todo y también se lo ha quitado, algunos afectos se han ido y otros siguen estando.
Cree que su tiempo se está terminando, no sabe que es muy fuerte a veces se siente acabado, sólo el amor lo impulsa a seguir luchando.
Y entonces le pido a Dios cada vez que lo veo, que vele por él como yo lo hago,
y que me permita que en el futuro yo pueda devolverle todo lo que él me ha dado,
excepto su amor que lo llevo bien guardado, como el guarda el mío…
Papá te amo.

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