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martes, 5 de abril de 2011

EL ARBOL, EL VENTRICULO DE AMOR Y LAS CAVERNAS

Luego del dolor, cansada abracé el árbol, miré por el nudo que se formó en su corteza y me mostró un nuevo ventrículo de amor, y entonces ahí me voy, deseando que sea ese donde la válvula funcione y deje pasar el fluido de la esperanza y no duela el silencio ensordecedor de la indiferencia que lastima el alma.
Tantas cosas hermosas hacemos en nombre del cariño, ni siquiera lo llamo amor y no es recproche, pero ahora pienso si quizas me usaron, yo dejé que pase y soy culpable, pero no me arrepiento ya que di mi corazón por completo.
Transformada en Paleontologa de corazones petrificados voy con mi lupa a ver si es que alguien en este mundo queda vivo... a ver si respiran la idea de volver al abrazo que estremece, a la mirada que emociona, al beso que sella pactos de amor.
Las cavernas de la vida se vuelven cada vez mas oscuras pero la luz de mi sol no deja de entrar por las grietas y aunque me hayas abandonado alguna vez, como un cavernícola escribí tu nombre en esa pared para no olvidarte, para no olvidar que te quise aunque sea un poco, que fuiste parte de mi por un instante, para no desesperar por creer que me equivoqué en pensar quien eras... y que me olvidé quien soy yo, para borrar el dolor que me provoca saber que así , sin más decir, después de nuestro último abrazo me dejaste ir de tu corazón, y siguiendo por el tunel de la vida me voy en paz, y recuerdo cada gesto y palabra hermosa que nos dijimos, pensando que fueron verdaderas y así alejar al rencor, me voy guardando como piedras preciosas en mi bolsillo, de lo vivido juntos lo mejor.

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