Inspiraste hondo y miraste por tu balcón hacia el cielo, no importaba su color, era el mismo que el de tus ojos sea cual fuere, y te perdiste en él.
Con un cigarro en tu boca te escapabas de la cotidianeidad y el humo formó esa figura que te llevó a pensar acerca del pasado, recuerdos que venían de un amor gastado...Y de repente te diste cuenta que estabas aferrado a la baranda como un preso a las rejas de su prisión, querías salir a gritar tu realidad, querías pedir libertad, pedir perdón, pedir amor.
Entonces sin moverte te viste bajando las escaleras corriendo como un niño, una música salía de ti y anunciaba una misteriosa presencia, quien venía a tu puerta? quien traía tus sueños en esa cajita de cristal y la iba a dejar a tus pies...que ibas a hacer, la ibas a recoger? o a patear para que se rompa en mil pedazos...
Y de vuelta en la realidad, como un huracán, esas nubes llegaron y te obligaron a bajar la vista, y pudiste ver hacia abajo, pensaste que quizás era al revés y el paraíso estába allí, en las calles que caminas, que forman tu camino a diario, en ese rostro que sonríe de alegría cuando te ve llegar.
Te inclinaste por sobre los barrotes para ver mejor, era lejos y todo se veía pequeño, los colores se confundían, nada era concreto pero igual era hermoso, y te estaba esperando, entonces pensaste volver a bajar las escaleras para verlo mejor… pero esta vez lo harías caminando.
Con un cigarro en tu boca te escapabas de la cotidianeidad y el humo formó esa figura que te llevó a pensar acerca del pasado, recuerdos que venían de un amor gastado...Y de repente te diste cuenta que estabas aferrado a la baranda como un preso a las rejas de su prisión, querías salir a gritar tu realidad, querías pedir libertad, pedir perdón, pedir amor.
Entonces sin moverte te viste bajando las escaleras corriendo como un niño, una música salía de ti y anunciaba una misteriosa presencia, quien venía a tu puerta? quien traía tus sueños en esa cajita de cristal y la iba a dejar a tus pies...que ibas a hacer, la ibas a recoger? o a patear para que se rompa en mil pedazos...
Y de vuelta en la realidad, como un huracán, esas nubes llegaron y te obligaron a bajar la vista, y pudiste ver hacia abajo, pensaste que quizás era al revés y el paraíso estába allí, en las calles que caminas, que forman tu camino a diario, en ese rostro que sonríe de alegría cuando te ve llegar.
Te inclinaste por sobre los barrotes para ver mejor, era lejos y todo se veía pequeño, los colores se confundían, nada era concreto pero igual era hermoso, y te estaba esperando, entonces pensaste volver a bajar las escaleras para verlo mejor… pero esta vez lo harías caminando.
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