Parada a la orilla de un lago, una vez pensé que era posible una vez más ser felíz y quería que estés ahí para saberlo, sino quién...
El agua que rozaba mis zapatos bendijo los recuerdos del pasado, y mi futuro sin ellos.
Y porque todos merecemos lo bello, el sol asomó una vez mas tras esa cima y me pude ver y dejé dormidos en el cielo esos recuerdos contigo para que no mueran nunca, porque me han enseñado muchas cosas.
Cuantas piedras había bajo el agua delante de mi y hoy se que no eran un estorbo, sino que brillando formaban el camino que elegí.
No importan los obstáculos y malos momentos que puedan ocurrir, no importa el dolor, y la tristeza siempre habrá una nueva oportunidad de encontrarnos.
Ese día cuando el agua de ese lago se escapó entre mis dedos, el reloj enmpezó a contar los minutos, las horas...y decidí que una tras otra, las viviré como si fuesen el último día y te quiero ahí conmigo.
Y por si fuese poco, me di vuelta y vi un alma que estaba ahí conmigo y supe que nunca voy a estar sola, siempre podré contar contigo.
Aunque a veces discutamos y nos enojemos y me pongas en mi lugar y yo en el tuyo, será porque nos conocemos y nos queremos, y volveremos a empezar y nos reiremos del pasado y nos sonreiremos ante el futuro.
Cuando los días y los años pasen sabrás que estoy ahí y sabré que estás aquí queriéndome bien, porque haga mucho o poco tiempo atrás que te haya visto por última vez, siempre serás mi amigo y si no te tengo a mi lado te buscaré y te encontraré, y en un sueño me dirás donde estás. Un suspiro sentirás por encima de tu hombro y lo sabrás y lo sabré por fin.
Ese aire fresco nos dirá que estamos donde debemos y con quien queremos. Nos dirá que hemos despertado y que aún estamos juntos y seguirás siendo mi amigo por siempre...
Feliz día.
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