Mi agonía fue tu descanso
Mi dolor fue la paz de tu alma
Que se vio prisionera ante mi presencia
Inconscientemente te encarcelé
Ilusamente ni cuenta me di
Y la coraza que protegía el amor
Se abrió como un cascarón
Temporalmente la reconstruí,
Pero el tiempo con su lima afilada la limó y limó…
Hasta que en mis manos se rompió otra vez
Desesperadamente, así rota como estaba la escondí
Pero rota la descubriste y aún así
Despiadadamente me dejaste ir.
(1/1/1995)
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