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lunes, 21 de noviembre de 2011

CADENA PERPETUA

Hoy recordó que una vez fue preso de un amor errante, aunque parezca imposible de creer, ya que no creía que existían cárceles de amor…y pensaba: que utópico es que este sentimiento hermoso llamado amor, conviva muchas veces con el dolor, ese que sentimos cuando no es bien correspondido, o tiene egoísmos, ese que se presenta cuando sentimos el aroma de su ausencia.
Pero quien puede juzgar a un sentimiento irracional…existe la justicia del amor?...será que a veces somos nuestros propios jueces y para cerrar el caso sin sufrir demasiado, en el fondo preferimos estar presos de la soledad y fantasear con escapar ilesos del dolor por siempre jamás...y perdemos la capacidad de amar?
Hoy recordó, y ya no sabe si es su recuerdo o el recuerdo de su recuerdo, el que le trae imágenes difusas de algún rostro que sonreía si estaba con él…
Por mucho tiempo estuvo en libertad condicional, y debía reportarse cada tanto con su dolor para saber que ese amor seguía ahí, que la condena no estaba cumplida, y era culpable de haber amado tanto.
Hoy siente a veces que la falta de ese sentimiento, poco a poco, se va convirtiendo en una cadena perpetua, sólo espera que alguna prueba llegue a tiempo de parte de alguien con una sonrisa, con alegría y pasión, y sea quien venga a dar el veredicto de que es libre para volver a sentir, sin tenerle miedo a un ficticio encierro del alma que no puede volver a suceder, porque si hay encierro, y rejas invisibles no hay amor. Hoy solo quiere ser libre.

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