Hoy recordó que una vez fue preso de un amor errante, aunque parezca imposible de creer, ya que no creía que existían cárceles de amor…y pensaba: que utópico es que este sentimiento hermoso llamado amor, conviva muchas veces con el dolor, ese que sentimos cuando no es bien correspondido, o tiene egoísmos, ese que se presenta cuando sentimos el aroma de su ausencia.
Pero quien puede juzgar a un sentimiento irracional…existe la justicia del amor?...será que a veces somos nuestros propios jueces y para cerrar el caso sin sufrir demasiado, en el fondo preferimos estar presos de la soledad y fantasear con escapar ilesos del dolor por siempre jamás...y perdemos la capacidad de amar?
Hoy recordó, y ya no sabe si es su recuerdo o el recuerdo de su recuerdo, el que le trae imágenes difusas de algún rostro que sonreía si estaba con él…
Por mucho tiempo estuvo en libertad condicional, y debía reportarse cada tanto con su dolor para saber que ese amor seguía ahí, que la condena no estaba cumplida, y era culpable de haber amado tanto.
Hoy siente a veces que la falta de ese sentimiento, poco a poco, se va convirtiendo en una cadena perpetua, sólo espera que alguna prueba llegue a tiempo de parte de alguien con una sonrisa, con alegría y pasión, y sea quien venga a dar el veredicto de que es libre para volver a sentir, sin tenerle miedo a un ficticio encierro del alma que no puede volver a suceder, porque si hay encierro, y rejas invisibles no hay amor. Hoy solo quiere ser libre.
Pero quien puede juzgar a un sentimiento irracional…existe la justicia del amor?...será que a veces somos nuestros propios jueces y para cerrar el caso sin sufrir demasiado, en el fondo preferimos estar presos de la soledad y fantasear con escapar ilesos del dolor por siempre jamás...y perdemos la capacidad de amar?
Hoy recordó, y ya no sabe si es su recuerdo o el recuerdo de su recuerdo, el que le trae imágenes difusas de algún rostro que sonreía si estaba con él…
Por mucho tiempo estuvo en libertad condicional, y debía reportarse cada tanto con su dolor para saber que ese amor seguía ahí, que la condena no estaba cumplida, y era culpable de haber amado tanto.
Hoy siente a veces que la falta de ese sentimiento, poco a poco, se va convirtiendo en una cadena perpetua, sólo espera que alguna prueba llegue a tiempo de parte de alguien con una sonrisa, con alegría y pasión, y sea quien venga a dar el veredicto de que es libre para volver a sentir, sin tenerle miedo a un ficticio encierro del alma que no puede volver a suceder, porque si hay encierro, y rejas invisibles no hay amor. Hoy solo quiere ser libre.
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