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sábado, 5 de noviembre de 2011

SUBMUNDO DE CONVICCIONES

Me gusta la palabra convicción, no solo por lo que significa sino por lo que produce cuando es bien aplicada, cuando se lleva arraigada para no caer en las miserias humanas.
La convicción de creer en un proyecto nacido de sueños que no quiere quedarse flotando en el aire, quiere nacer, crecer y reproducirse, tal como quien lo genera. La convicción de una persona que ama bien y sin egoísmo a sus seres queridos, con respeto y delicadeza, en este mundo de relaciones descartables y superficialidades, se propone ir por mas y tiene el convencimiento que recibe lo que da, entonces no hay chance de ser infelíz.
Siempre hay un momento en el que cualquiera de nosotros tiene una convicción sobre algo y está equivocado pero aún así, si no se vuelve omnipotente, si no hace daño, admiro la capacidad de mantenerse con fundamento en una postura.
Entre muchas de las mías, llevo hace rato la convicción de que la vida simplemente sucede y no nos espera, no le importan nuestros planes, por eso de nada vale sentarse a pensar en lo que no tenemos, a llorar ni arrepentirse por lo que no pudo ser, mas aún si uno lo intentó y si no lo intentó simplemente es porque no quería hacerlo en ese momento y eso tampoco está mal.
También tengo la convicción todo el tiempo, viendo muchas cosas que suceden a diario,  de que las palabras se las lleva el viento, de nada vale decir te quiero si no está el gesto presente, la acción es el motor del corazón y de todo lo que nos puede llevar a otro nivel.
Simplemente creo que somos lo que hacemos y cada uno de nosotros tiene un submundo, una burbuja que funciona como un refugio dentro del inmenso universo que compartimos con los demás y allí, no importa como te ves, ni como te ven,  sino como te sentís vos y aquellos que entran en tu mundo a compartir con vos tus convicciones para lograr un hecho positivo, cuando vienen a incluir, a enseñar, sumar y acompañar y no a excluir y resaltar individualidades, llenando espacios con vanidades.
Estoy convencida de la libertad de ser uno mismo, nadie está obligado a creer en algo que no le parece ni a estar con gente que no quiere. Si me ignoras y me excluís simplemente te dejo ser, el mundo es muy grande y podemos estar los todos, pero en mi refugio no  hay lugar para  eso, si para el trabajo placentero, el humor, la risa, la alegría, el amor y la energía. Querés venir? estás invitadísimo.

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