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martes, 7 de febrero de 2012

MURALLAS

Es rara la sensación de despertarme en la noche con una lágrima que escurridiza escapa sola por la mejilla, esa que derriba la muralla y ahora, no hay castillo ni princesa.
Cuanto hacía que mi compañero el desvelo no venía hacia mi a contarme sus picardías y maldades y a decirme: "Sabías que las murallas de barro no son para siempre por algo la construiste así, fuiste fuerte hasta que quisiste que alguna vez alguien viniera a defenderte."
Nos conocemos demasiado, a él no puedo engañarlo, es un enemigo inteligente, de aquellos con los que cada tanto haces una tregua para charlar con alguien diferente que no se comporte de manera condescendiente. Y con la muralla destruida me vuelvo a dormir ya se fueron, el reý, el bufón que ríe de mi, la princesa, el dragón, el caballero y solo quedo yo... quizas vuelva a construirla o ya no lo sabré en el próximo desvelo.

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