Es difícil ponerme en tu lugar, por un minuto lo intento y quizás es el dolor que me vuelve egoísta y solo pienso en lo que me pasa de este lado, en lo que me hizo mal ante tu brusco partir sin coherente explicación para mi y en lo que retuerce mi pecho y mis entrañas cuando te extraño y te recuerdo a lo lejos, y no pienso en lo que te duele a vos, en lo que te llevó a decir adiós y nunca dijiste claramente con palabras, no pienso en lo que sentis hoy, no puedo imaginarlo porque ya no te percibo como antes, no hay conexión.
Como te dije, es menos lo que sufre aquel que toma una decisión que aquel que tiene que aceptarla, nos pasa a todos en algún momento creo, hoy me toca a mi ser quien sufre un poco.
Toqué fondo, te traicioné por un momento en mi promesa de quererte bien para siempre y en mis ataques de dolor inmenso al extrañarte te herí, como vos lo hiciste, también sin querer.
La vida es tan cruel a veces...Y caigo que yo también puedo serlo en nombre del querer, que ironía.
No voy a tratar más de entenderte, es imposible, no puedo y no quiero, solamente aunque me cueste tengo aceptar que ya no estás ahí para mi, en ese lugar tan bello que adopté para ir en busca de paz cada tanto, ya no te encuentro ahí en mi sueño, con tus deseos de compartir conmigo parte de tu mundo aunque sea en algunos momentos , aunque se que uno no deja de querer a alguien asi de golpe como si apagase una luz, quiero seguir adelante.
Y como último deseo, también quiero permanecer eternamente felíz en alguno de esos ese instantes fugaces que vivimos juntos y que está ahi en esa foto, donde te abrazo con mi más bella sonrisa y que hoy tiene un borrón justo ahí, de alguna lágrima que le cayó encima sin querer.
(17/2/2011)
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